miércoles, 10 de octubre de 2012

Podría hablar....

Podría hablar de la escoba con que limpio
el escombro de tu ausencia o
del detergente con que lavo
las sabanas de nuestros afectos.

Hablar de las desgracias
de los tantos días por tu ausencia,
decir que la cotidianidad y sus complementos
se muestran incompetentes pa el olvido tuyo.

(Efectuar una lista de desaciertos por olvidos)

Días, horas,
Música, poesía,
perros, gatos,
cigarros, vecinos….

Todos ellos y hasta los muertos, se conjuntan,
y se entercan y te lloran como niñas.

Pudiera hablar de tantas cosas, pudiera,
Pero mejor, mejor te sigo queriendo.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Nadie decía nada...


Nadie decía nada, todo era silencio,
aletargados por la deficiencia
de no decir te quiero.
El año se nos iba
y volvían los recuerdos
y el corazón se angustiaba.

(Esa angustia de no tenerte,
mas presente que tú misma)

Entonces no decir nada
se volvió una forma de decir “te quiero”.
Y la angustia amarga
té sembraba en mi costado
germinando la dulzura de tus ojos.

Habría que pensar en el lastre
de los labios y las palabras
hechas para no decir nada,
desfragmentar toda esta parte
que no hace nada más que quererte.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Fuimos...


Fuimos
un suceso,
soledades topadas,
aventura enamorada,
solo fuimos eso…

Somos
recuerdo,
soledades separadas,
nostalgia cotidiana,
solo somos eso…

Seremos
olvido,
soledades conquistadas,
historia frívola,
 solo seremos eso…

Ahora que aun somos,
seamos lo que fuimos,
y jamás: “seremos”

jueves, 30 de agosto de 2012

La misma oscuridad...


La misma oscuridad que ciega a los soles
es la misma que cierra tus ojos,
los arrulla con el canto del silencio
y mi corazón con sus deseos
se tiende al llanto amargo
por el despojo de tu mirada dulce.

A esta hora ajena de tu mirada
ascienden con tono frívolo
los  complejos añejos
y el desamparo motiva
la codicia por tus ojos.

Mi corazón aplica terapia,
se sugiere desintoxicación,
la abstinencia burda
conflictua la restauración,
vivir sin ti, es complejo.

jueves, 16 de agosto de 2012

Soledad, soledades...


Soledad, soledades: Ahora que la soledad de mis días y la soledad de mis noches se encuentran, mi soledad mía, fragua la soledad de ella. Mi corazón baila con la nostalgia amarga, al ritmo lascivo de los repiques de las campanas que salvan almas, mientras, la mía se pierde en el palpitar escabroso de mi corazón desolado…

Soledad de mis días
quita el azul de las noches
enciende mi corazón de fuego
aliénalo con el dulce anhelo

Soledad, soledades: Ahora que la soledad mía disimula su ausencia, la melancolía me tortura y la tortura es el pan de cada día y cada día son preguntas sin respuestas que me dan su espalda,  su espalda es un mar de despedidas y las despedidas se llevan su nombre (y mis manos, no la hallan), el abecedario huye de mis manos como un ladrón artero, llevándose su nombre envuelto en mi corazón sangrado de lo incierto…

Soledad de mis noches
aleja las sensaciones vanas
socorre mi corazón magullado
y mengua su dolor de abandonado.

Soledad, soledades: Ahora que la soledad de ella reside en mis manos vacías, estas, se llenan de deseo incierto y el mismo deseo es un caudal de pobreza y la pobreza es reflejo de un desierto con arenas perversas, así, perversas son las valijas que cargan sus recuerdos con nuestras noches de grandeza, la grandeza, ahora es enana como el amor que su corazón refleja y el reflejo es tan exacto como un reloj con horarios de tristeza…

Soledad mía
te regalo el día que la conocí
te regalo los sueños de ella
te regalo todo aquello que un día pretendí.

Soledad de ella
te regalo mi noches de insomnio
te regalo la palabra “caballero”
para no olvidarme de ella.

Soledad, soledades
Soledad de mis días
soledad de mis noches
soledad mía, soledad de ella.

¿Donde pongo el vacio de mis manos por su ausencia?

martes, 17 de julio de 2012

Te pertenezco


Cada intención de vida, cada movimiento minúsculo, cada gramo de materia, cada milímetro de espacio, cada mililitro de líquido, cada pensamiento, cada gota de sangre, todo es tuyo. 

El color expuesto, el sabor probado. 

Cada  amor que me expande en tu presencia, cada  odio que me absorbe por tu distancia.

Todo lo que soy, te pertenece… Te pertenezco

lunes, 2 de julio de 2012

Sin nosotros…


Con la maraña del saber que no estás y no estarás, brota un deseo tullido, es una intención, unas ganas de (…) ¡nada más! La certeza inexorable del “nada más” hiere a este corazón quimérico, lo amedrenta burdamente…

Mi corazón de quimera
construye lagos
con la humedad de tu boca
labrándolo con besos nuevos.

Cada día es empezar de nuevo
aun sabiendo de la cruel ocurrencia.
El capricho adereza
el dolor, por tu deseo frígido.

El corazón renuente, arremete contra los días que no han de traerte a mí; frenéticos latidos, incendian razones, con el propósito de calcinar todas las buenas éticas que condenan mi amor furtivo y toda voluntad que intimiden tus manos por husmear mi cuerpo…

Nada importa, nada es nada sin nosotros
sin la unción de nuestros cuerpos.
Dame tus besos, quiero tus besos, urgen tus besos…
¡El tabú, a la hoguera indolente de nuestros deseos!

Los otros y el deber ser; fusilan sin piedad, encarcelan perpetuamente las ganas de nosotros. Todo es un panteón de deseos muertos.  Negados al sepelio; escapamos como ladrones y tan solo, las noches, nos ocultan en su oscuridad, contamos sus estrellas y hacemos cuentos de amores para sublimar las ganas nuestras. Y bien sabes, amor mío, que; cada letra, cada buena intención, cada palabra sugerente que escribo, encarnan mis ganas de ti…

Como lámpara mágica, tu desnudez sobria
me concede tres deseos:
El calor de tu cuerpo, el olor de tu sexo, tu piel salada.
Menesteroso de ti, me hago de ellos… (te poseo)

Y mi corazón, mi deseo, mi cuerpo, son tuyos
a tus manos se dan como niños sin regazo
¡Dales de comer de la miel de tus ojos
tenlos en tu cama, acarícialos con tu aliento!

Generosa desnudez la tuya con sus deseos,
son para mi alma un sacramento,
niños sin regazo por la carestía de tu cuerpo
¿Qué hacemos sin nosotros?

viernes, 1 de junio de 2012

Desde la dulzura…


Desde la dulzura de tus ojos que bien se,
hasta la sal de tu piel que aun no tengo; mi corazón te desea,
mi corazón te guarda; clona cada parte tuya, te multiplica,
en cada metáfora de mis versos te construye.

Te he buscado entre los días que han pasado
entre los días de hoy y los que aun no son
en horas sin fin, en minutos tercos
y eres tan clara para los ojos de mi corazón.

Bajo la lluvia sigo buscándote y amándote
con la persistencia de gotas locas,
locas gotas que reclaman nuestra piel
y mi corazón almacena en su frialdad los trozos de esperanza.

Los guarda en horas eternas, en días sin fin, en minutos tercos
de un reloj que juega a detener el tiempo y se columpia en la ironía de tu falta;
días de minutos torpes, deficientes, inexactos; aletargan las horas,
¡y mi corazón con la prisa de tenerte a mi lado!

Te guardo en este corazón frio para mantenerte intacta a tu regreso;
con la esperanza prendida, con la fe ciega de un corazón enamorado.

martes, 6 de marzo de 2012

Leí sus miradas...


Leí sus miradas con devota precisión
y sentí cada letra escrita por sus ojos,
me hice parte de la historia sin simulación mustia
con las mismas ganas de hacerla mía.
La historia se hizo real a mis deseos por sus ojos.
Por sus ojos desee una historia pintada de noches oscuras
y su cuerpo alumbrando mis ganas.
De esa historia y las ganas por tenerla
se endulzaron mis días y mis días fueron placidas horas
con minutos y segundos dispuestos a la huelga
para no dejarla ir y siempre tenerla a mi lado.
De esas miradas y esos ojos que hechizaron a mi corazón
y le dieron el menjurje exacto para lidiar con el dolor,
de esas miradas y esos ojos que suplantaron los miedos por el amor
y convencieron a mis ojos con lenguaje puntual
para ver al mundo a través de los suyos;
un mundo de colores, sabores, aromas y texturas inéditas
depositadas en la dulzura de su mirada tierna y complaciente.
De esas miradas y esos ojos, ausentes,
mis deseos mueren y se escribe una nueva historia
que acobardan a mis días y mis días son insípidos
con minutos y segundos que se escurren inevitablemente
por el dolor de su ausencia.
Los días son fríos y húmedos, son pedazos de muerte
de sabor amargo y no hay dulzura que me salve,
sus ojos tan lejos; todo de ella en mí, tan mía, pero sin ella.
Y la nueva historia me revela el deseo caprichoso
de enredarme en la palabra “olvido”
vaciarme de los vicios tercos,
romper los círculos que giran alrededor de sus ojos,
enseñarme nuevamente la palabra “amor”

jueves, 16 de febrero de 2012

Duermes a un costado mío...


Duermes a un costado mío con tu cuerpo ajeno a mis manos,
y nada en mí se mantiene en calma, una multitud de emociones;
simples y complejas,  plurales y singulares, verticales y horizontales,
se agitan por todo mi cuerpo, prolongando mi deseo insatisfecho.

Es una multitud irreverente e insolente, se atiborran uno al otro,
se aplastan sin piedad, sin solidaridad por compartir una parte tuya,
tanto el odio como el amor despliegan sus características
para ganar un lugar predilecto y apreciar en primera fila,
el espectáculo crepúsculo del movimiento de tu cuerpo.

Tus extremidades se estiran, se abren como una flor consintiéndome tu cuerpo,
cada movimiento tuyo mis ojos lo aprecian y seducen a la multitud necia
y la calma nace de tu aliento, cada parte tuya se despliega por toda la cama
y diluye las sabanas  ajustadas a tu cuerpo
y tu desnudez blanca es mi sol de un nuevo día.

Y entonces, la armonía es mía, no hay excesos, no hay carencias,
todo es equilibrio, es el mismo Dios quien juega al amor,
nos sujeta y mueve nuestros cuerpos, uno con el otro,
y no hay más por hacer, más que entregarme a la paz de tu cuerpo.

sábado, 28 de enero de 2012

La noche y la luna

La noche y la luna
nos abrazan
y ya somos
simbióticos.
Y confieso,
desde ayer,
que no sé cuánto es,
estaba ciego,
pues antes
de ti, nada.

Sin embargo,
el presagio del dolor,
ese qué cargo
desde el nacimiento amargo,
me dio el camino
y me trajo a tus manos.

Y tus manos
alimentarón el deseo,
hicieron fuego,
y el presagio
murió en tus manos
y de las cenizas
diste vida
al amor de mis deseos.

sábado, 21 de enero de 2012

Quiero viajar entre tus manos, tus ojos y también en tu cuerpo.

 FRAGMENTO I

Quiero viajar entre tus manos, tus ojos y también en tu cuerpo.
Tus manos me dan el amor, me llevan a ciudades de amor.
Y tus ojos, son tus ojos, tan solo tus ojos, tus ojos me lo dan todo
y mi corazón vuela, se estremece, se tira a escribir.
Mis manos lo hacen con la inteligencia de un torpe
y solo en tus manos se hacen nuestras historias.
No puedo evitarlo, tus manos me convencen
ese corazón es mío, solo mío. No lo digo yo, lo dicen tus manos.

Tus manos me convencen de esto y aquello y mi corazón
quiere volar entre cielos y ciudades
y esto y aquello y lo otro retuercen la razón
y solo mi corazón me dice cuanta falta me haces.
Mi corazón viaja, se estremece y se pierde en tu ausencia
escribir, escribir, escribir para construir
con palabras tú inminente retorno,
inventar el mejor regreso, tú lo harás real. Mi corazón lo dice.

Amo tus ojos. Esos que me ven cuando
hablas. Esos que siento cuando te escucho.
Esos ojos, tus ojos amor, que me ven, que siento.
Los amo, los extraño, los deseo.
Y escribo de nuestros ayeres
de lo que persiste
y del imaginario calor de tus besos
y todo lo que humedece.

Oculta estas en un bosque de palabras
disfrazada de múltiples formas,
mis ojos no te ven,
mis oídos no te escuchan, mis manos no te tocan
pero mi corazón te sabe, te presiente
y persigue incansablemente ese presentimiento.

Mantente así, cerca y lejos, pero no dejes de seguirme
sígueme a donde vaya a donde quiera que este
no dejes de hacerlo
sin el presentimiento
de tu sombra no se a donde ir
y sin tus manos, tus ojos y tu cuerpo es morir.

En cada partícula tuya esta mi deseo
es víctima de tu sed
cada instante, cada momento
es tuyo, son tuyos, mis manos, mi cuerpo.
Y no hay olvido, ni dolor
solo angustia que alumbra el miedo
a encontrarte y no encontrarte.
Y nos amamos y nos entregamos…


FRAGMENTO II

Nos encontramos
y nos damos uno al otro
como dos desconocidos asustados
nos amamos y yo te pertenezco,
sin afán y sin medida
tan solo con nuestros cuerpos
hechos de uno para el otro, nos pertenecemos
sin razón y sin salida
como olas de mar
vas y vienes,
te entregas
a mi deseo a la par
como campanas
al aire, te columpias
en mis hombros,
te sostienes,
me amas,
lo sé, y yo te amo,
lo sabes, es decir
nos amamos, nos entregamos,
y escribo de esto y aquello,
pues escribir me sujeta a tu cuerpo
y cuelgo contento de él,
sin ganas de irme.

En el viaje de tu cuerpo mi corazón
comprende cuanto te ama.
Y aunque tengo el aroma de tu cuerpo en mi piel, urgen
tus manos, tus besos, tus ojos y tu humedad me atrapa,
tus manos me atrapan, avivan las ganas
y tus ojos recitan la poesía y el deseo
y escribo para meterme a tu cuerpo y escribo
sin ataduras, sin concesiones.

Todo lo que escribo es tuyo
tan tuyo como mi corazón lo es.
Lo dicen mis manos
en cada letra que transcribo
de mi alma a mis manos.

Me debo a tus ojos, a tus manos,
a tus besos, a las lunas
que en tu cuerpo reposan.
Mi corazón encendido alumbra tu sombra
y la hace propia
y en mis manos tus manos duermen.

Y nuestras historias se hacen
Y me salvan, me rescatan
de la pantanosa soledad
haciéndola un vínculo
perfecto para dos.

 FRAGMENTO III

Nuestras manos se atan
y tu cuerpo se mese,
tus caderas bailan
y mi piel se estremece.

Y mi lengua resbala
en tu figura
de árbol
abierto.

Soy roca de tu mar,
tus olas me mojan
de la sal
de tu cuerpo.

Tu piel de espuma
buscan mis manos
y mis manos
tus adentros.
De tus adentros
vienes y vengo.
En tus adentros
me mantengo,
tus ojos se abren
y el mundo se enciende,
tus manos se abren
y el mundo se expande,
tu cuerpo se lía
y el tiempo se para
todo culmina
y el viaje termina.

lunes, 16 de enero de 2012

De presencias ambiguas y olvidos detallados…



De presencias ambiguas te conformas, todo lo que eres, todo lo que encarnas; sin preámbulo ni advertencia el corazón asustado se oculta, ser desechado con el filo del arrebato lo acobarda, destruido de consuelo y restaurado de exilio embriaga al espíritu de sucesos ocultos en la memoria que renacen tú presencia; estallidos disimulados sobre la pared sangrante de deseo, ansiedades clandestinas ávidas de perpetuidad, cuerpos fáciles cubiertos de oscuridad alcahueta y cinestesia caprichosa al sosiego de todos.

Quiero tomarte con las manos, con los dedos, con mi boca, con mis labios, con todo esto que perdura de mi y de ti.

El corazón impávido a resistir este destierro, se ata a tu cuerpo, se oculta debajo de tu lengua vacilante que condena a la angustiosa oscilación de presencias ambiguas y olvidos detallados y vedan la codicia de mis ojos, lían mi cotidianidad, crucifican mis intenciones, estafan mi indiferencia, corrompen mi destino, calumnian mi devoción de ti.

No te encuentro; y si te encuentro, no te hallo, no te palpo, no revelo nada de ti.

Ciego estoy, muerto estoy, absurdo soy por buscar en rincones olvidados con fachadas de concilio.
Atestado de esperanza. Viciado de ti. No soy más que un corazón lerdo de pretensiones desatinadas que oscila entre presencias ambiguas y olvidos detallados.