Arrimen su aroma
de esperanza prospera,
llenen el corazón de paz
y fulgor el alba.
Con color de armonía a los días,
de avenencia los besos,
de concilio las fronteras,
y buena voluntad mis huellas.
De sentido de vida
alimenten el andar,
borren los caminos amargos,
pinten de vida a la vida.
De aquí, hasta allá.
Hasta llegar.
Aquí, el punto de partida.
Alla, el punto de llegada.
Sin parar. Sin parar...
Sin condición tonta,
sin razón cobarde,
solo el corazón
de dicha enaltece.
Sin parar, sin parar.
Vientos de vida,
limpien la ciudad
y aquel que la habita.
De aquí, hasta allá.
De mi corazón iluminado,
hasta el triunfo
muchas veces negado.
Aquí, el punto de partida,
mi fracaso áspero.
Allá, el punto de llegada,
mi triunfo destinado.
Sin parar,
sin condición tonta,
sin razón cobarde,
con corazón bizarro.